PRIMERA PARTE
Un grupo de hombres y mujeres del campo narran su experiencia en ocasión de concurrir a una gran función en el Teatro Colón. Y aseguran que allí... Fausto, un médico avejentado reniega de su descomunal erudición, la que jamás le rindió fruto alguno. Apenado a su vez por no ser correspondido por la joven y bella Margarita, tiene decidido quitarse la vida. Antes de concretar su suicidio el hombre invoca al Demonio, quien aparece inmediatamente. Mandinga propone al anciano un pacto; y le promete juventud, belleza y su ayuda en la tarea de conquistar a su amada, a cambio de su alma. Fausto acepta y Luzbel lo transforma entonces en un apuesto y jovial mocito.
SEGUNDA PARTE
Valentín, hermano de Margarita, conversa con su amigo Silverio. Le explica que, debido a que marchará a la guerra, necesita casarlo con su hermana a fin de que la cuide en su ausencia. Con vía libre para conquistarla, Silverio se entusiasma y ambos brindan con la concurrencia. Aparece Lucifer diciendo ser un brujo vidente. Valentín se ofrece para la lectura de su mano y el farsante supone vaticinarle una muerte pronta así como también la pérdida del honor de su hermana. Ofendido, Valentín desafía a Luzbel en un duelo de esgrima en el que el falso brujo demuestra sus habilidades demoníacas. Los presentes descubren la presencia del Diablo en el lugar y lo asedian,cruces en mano. Llega Fausto, ahora joven, y pregunta por lo sucedido a Mandinga, quien se hace el desentendido. El Doctor reclama a su flamante socio por su enamorada. Luzbel, golpeando el piso del bodegón, hace aparecer a Margarita, quien canta un cielito. Fausto la invita a bailar, pero ella, sintiéndose indigna de aquel apuesto muchacho, se niega.
TERCERA PARTE
Silverio deja unas flores en el umbral de la puerta de Margarita. Fausto y Luzbel, ocultos, lo vigilan. Silverio parte y el Doctor deja junto a aquellas flores un cofre, preparado por el Demonio, que contiene joyas y un espejo, y regresa nuevamente a su escondite. Al salir, la dueña de casa recoge el obsequio de Fausto, sin reparar siquiera en el de Silverio. Se pone las prendas y coquetea con su nuevo espejo. Aparece entonces Marta, la señora que cuida a Margarita, asombrándose ante tanto lujo. El Diablo y Fausto hacen su aparición: El primero se encarga de distraer a Marta, mientras que el Doctor, presentándose como el responsable de la onerosa sorpresa, consigue por fin conquistar a su enamorada.
CUARTA PARTE
Ha pasado el tiempo. Fausto, distraído por las tentaciones de Mandinga, ha abandonado a Margarita, quien espera un hijo suyo. Desesperada, la futura madre se dirige a la iglesia a rezar, pero el Diablo se interpone y no lo permite. De regreso Margarita encuentra a Fausto, quien intenta convencerla de que su amor está vigente. Satanás acompaña la escena demostrando sus dotes como guitarrero. Irrumpe Valentín, de regreso de la guerra. Al presenciar la situación, y previamente informado de todo lo sucedido, acomete contra Fausto. El Doctor, ayudado por Luzbel, hiere de muerte a Valentín ante el estupor de Margarita. Tras el asesinato, el Demonio y el Doctor se escabullen raudamente.
QUINTA PARTE
Margarita, desquiciada, ha matado a su hijo y espera su fusilamiento. Silverio se despide, dejando en claro su disconformidad con los destinos de esta historia. Fausto, acompañado por el Demonio, visita la cárcel con la intención de rescatarla, pero la reclusa delira, confundiendo la celda con el jardín de su casa y al Fausto actual con aquel que escondía regalos en el umbral de su puerta. En medio de su delirio, Margarita advierte la presencia de Luzbel, ante cuya satánica mirada cae muerta. Fausto, desconsolado, pide a los cielos que reciban en su gracia el alma de la recién difunta. Entre ángeles, baja San Miguel, ahuyentando al demonio, mientras el alma de la muchacha asciende en una nube camino de las alturas.